domingo, 31 de mayo de 2009

reflexión....


Meditación del hermano Aloís
Pentecostés: «¡Que tu soplo de bondad me conduzca!»
En muchas regiones del mundo, al llegar la fiesta de Pentecostés la naturaleza se vuelve bella. La primavera estalla, el verano se anuncia ya, el trigo crece y el viento se divierte jugando con las espigas como si fuese él quien las hiciera crecer. En Israel la fiesta de Pentecostés era una fiesta de acción de gracias por los trigales maduros. En muchas de sus parábolas, Jesús habla del Reino de Dios que viene a través de una maduración.
Pentecostés marca el tiempo de la cosecha. Pero Pentecostés es también la irrupción de la novedad, de lo inesperado. Lo que ocurrió en el Sinaí fue como una prefiguración que ha encontrado su consumación. Dios da a conocer su voluntad, sin embargo su Ley no está más inscrita en tablas de piedra sino que en los corazones. No es sólo uno, Moisés, que está delante de Dios; el fuego del Espíritu desciende sobre cada uno. Por medio del Espíritu Santo, Dios viene él mismo a habitar en nosotros. Sin intermediarios, él está. Es para hacernos entrar en una relación personal con Dios que el Espíritu Santo no es dado.

Si el Espíritu Santo permanece a menudo discreto, como echándose a un lado, es porque no quiere tomar nuestro lugar sino, más bien, fortificar nuestra persona. En lo profundo de nuestro ser, él dice incansablemente el sí de Dios a nuestra existencia. Se formula entonces una oración accesible a cada uno: «¡Que tu soplo de bondad me conduzca!» (Salmo 143, 10) Llevados por ese soplo, podemos avanzar.

Al final de su vida, el hermano Roger dirigía, cada vez más, sus oraciones al Espíritu Santo. Él quería llevarnos hacía una confianza en su presencia invisible. Sabía que el combate interior para abandonarse al soplo del Espíritu y creer en el amor de Dios son decisivos en la vida humana.
Desde hace ya muchos años, algunos de mis hermanos viven en Corea. Un día en el cual los visitaba fuimos a visitar un monasterio budista en donde recibimos una acogida muy fraterna. Sentí una gran admiración por esos monjes budistas que con valor buscan ser consecuentes con su visión del mundo. Hacen un esfuerzo enorme para descentrarse de ellos mismos y por abrirse a una realidad más grande que ellos, a un absoluto. Han desarrollado una profunda sabiduría, una búsqueda de misericordia que es compartida.

Pero ¿cómo pueden hacerlo, me preguntaba, sin creer en un Dios personal? Su compromiso implica una soledad extrema. Nosotros, en tanto que cristianos, creemos que el Espíritu Santo nos habita, en él formamos el cuerpo de Cristo y nos dirigimos a Dios diciéndole «Tú»: es un paso enorme, inimaginable para una gran parte de la humanidad. ¿somos lo suficientemente conscientes? Volví maravillado de la Revelación aportada por Cristo y me dije: ¿ no es acaso urgente, para nosotros cristianos, que mostremos por medio de nuestra vida que el Espíritu Santo está actuando? Comencemos profundizando el misterio de la comunión que nos une. Cuando nos volvemos juntos hacia Cristo, en la oración común, el Espíritu Santo nos reúne en esa única comunión que es la Iglesia y nos concede nacer a una vida nueva.

El primer don del Espíritu Santo es el perdón. Cristo resucitado dice a los suyos: «Recibid el Espíritu Santo. A quien le perdonéis los pecados, les serán perdonados.» (Juan 20, 22-23) La Iglesia es antes que nada una comunión de perdón. Cuando comprendemos que Dios nos da su perdón, nos volvemos capaces de darlo también a los demás. Claro está que nuestras comunidades, nuestras parroquias son siempre pobres y están lejos de nuestros sueños. Pero el Espíritu Santo está continuamente presente en la Iglesia y nos hace avanzar en el camino del perdón.
Si Cristo nos envía a proclamar la Buena Noticia al mundo entero, él nos pide también que discernamos los signos de su presencia allí donde él nos precede. Los primeros cristianos quedaron sorprendidos al descubrir la presencia del Espíritu allí donde no se lo esperaban (ver Hechos 10). Jesús mismo quedó sorprendido por la fe de un soldado romano. (Lucas 7, 1-10) ¿Seremos capaces de dejarnos sorprender por las expectativas espirituales de nuestros contemporáneos?

Dejemos crecer en nuestras vidas los frutos del Espíritu: « Amor, alegría, paz, paciencia, benignidad, bondad, confianza en los demás, mansedumbre y dominio propio. » (Gálatas 5. 22-23). El Espíritu nos pone en marcha hacía los demás y ante todo hacía quienes son más pobres que nosotros. En una solidaridad concreta para con los más despojados, la luz del Espíritu Santo puede inundar nuestra vida.

Sí, el Espíritu Santo está actuando hoy. Él dice sin cesar el amor de Dios en nuestro corazón. Feliz quien no se abandona al miedo, sino al soplo del Espíritu Santo. Éste es también el agua viva, es el Espíritu de paz que puede irrigar nuestro corazón y comunicarse, a través de nosotros, al mundo.

comentario bíblico del domingo...

INVOCACIÓN AL ESPÍRITU
Por José Antonio Pagola.


Ven Espíritu Santo. Despierta nuestra fe débil, pequeña y vacilante. Enséñanos a vivir confiando en el amor insondable de Dios nuestro Padre a todos sus hijos e hijas, estén dentro o fuera de tu Iglesia. Si se apaga esta fe en nuestros corazones, pronto morirá también en nuestras comunidades e iglesias.

Ven Espíritu Santo. Haz que Jesús ocupe el centro de tu Iglesia. Que nada ni nadie lo suplante ni oscurezca. No vivas entre nosotros sin atraernos hacia su Evangelio y sin convertirnos a su seguimiento. Que no huyamos de su Palabra, ni nos desviemos de su mandato del amor. Que no se pierda en el mundo su memoria.

Ven Espíritu Santo. Abre nuestros oídos para escuchar tus llamadas, las que nos llegan hoy, desde los interrogantes, sufrimientos, conflictos y contradicciones de los hombres y mujeres de nuestros días. Haznos vivir abiertos a tu poder para engendrar la fe nueva que necesita esta sociedad nueva. Que, en tu Iglesia, vivamos más atentos a lo que nace que a lo que muere, con el corazón sostenido por la esperanza y no minado por la nostalgia.

Ven Espíritu Santo y purifica el corazón de tu Iglesia. Pon verdad entre nosotros. Enséñanos a reconocer nuestros pecados y limitaciones. Recuérdanos que somos como todos: frágiles, mediocres y pecadores. Libéranos de nuestra arrogancia y falsa seguridad. Haz que aprendamos a caminar entre los hombres con más verdad y humildad.

Ven Espíritu Santo. Enséñanos a mirar de manera nueva la vida, el mundo y, sobre todo, a las personas. Que aprendamos a mirar como Jesús miraba a los que sufren, los que lloran, los que caen, los que viven solos y olvidados. Si cambia nuestra mirada, cambiará también el corazón y el rostro de tu Iglesia. Los discípulos de Jesús irradiaremos mejor su cercanía, su comprensión y solidaridad hacia los más necesitados. Nos pareceremos más a nuestro Maestro y Señor.

Ven Espíritu Santo. Haz de nosotros una Iglesia de puertas abiertas, corazón compasivo y esperanza contagiosa. Que nada ni nadie nos distraiga o desvíe del proyecto de Jesús: hacer un mundo más justo y digno, más amable y dichoso, abriendo caminos al reino de Dios.

Red evangelizadora BUENAS NOTICIAS
Contribuye a invocar al Espíritu. Pásalo
31 de mayo de 2009
Domingo de Pentecostés (B)
Juan 20, 19 - 23

sábado, 30 de mayo de 2009

videos varios...educación.

Este video lo trabaje en un ramo llamado "taller de diseño de experiencias educativas" de la profesora Valentina Carrozzi, para realizar una actividad de diálogo socrático.

La idea es trabajar el video, pensar en preguntas y dejarnos llevar por un hilo conductor de respuestas grupales, en donde luego un grupo de alumnos pueda encontrar respuestas a base de los propios comentarios que vayan saliendo en el aula de clases. Les invito a ver el video, a pensar en preguntas que aparezcan en su mente y que intenten responderlas con absoluta libertad. La actividad la desarrolle la semana pasada en una clase y pienso que valió la pena. Es cierto, la idea era que el video creara un diálogo socrático, por ende filosófico, pero finalmente resulto ser más un video pedagógico. Bueno, uno no siempre puede controlar un diálogo socrático, pero si puede intentar sacar lo mejor de una conversación... Les inivito a que vean el video. Ánimo.

lunes, 11 de mayo de 2009

Mis escritos...



¿A quienes les enseñamos hoy en día?

Gabriel Kessler, en su escrito llamado La experiencia escolar fragmentada, realiza un análisis sobre el estilo de educación que se imparte en Argentina, señalando cómo cambia la educación según la clase social, tanto en los establecimientos, como también en los alumnos, profesores y apoderados. De este modo, su escrito llega a ser clave para entender los diversos caminos que debe realizar un educador en el aula de clases, que ya no sólo es el simple rol de educar. En el presente ensayo, trataremos de entregar una visión del autor, intentando demostrar que hoy en día la educación tiene una visión cerrada al preocuparse de brindar una notable importancia a la enseñanza racional con normas, olvidándose de entregar una educación integral, lo cual significa que nuestro sistema educativo está en un completo error al entregar una simple educación general a todos alumnos, por miedo a crear una educación equilibrada y compleja como es el pensar en una enseñanza, según el tipo de alumnado, para lograr que todos los estudiantes se encuentren en un nivel educativo que les permita aprender de manera correcta.

Para lograr argumentar nuestra presente tesis, nos ayudaremos de otros escritos como son los relatos de escuela de Pablo Pineau, que nos entregan ejemplos concretos acerca de la experiencia escolar, la educación del ser emocional de Juan Casassus que nos brinda una notable mirada de nuestras perdidas emocionales por la culpa de satisfacer a un rol específico, que son bien explicados en el escrito llamado leer desde los alumnos de José Baeza. Luego de esta presentación argumentada, finalizaremos con una crítica personal acerca del miedo que existe de desafiar esta simple visión de la educación general para buscar la complejidad de una enseñanza específica que está llena de herramientas misteriosas y de incertidumbres que nos obligan a redoblar nuestras capacidades para entregar una educación integral en nuestros futuros pupilos.

En la primera parte del escrito de Gabriel Kessler se nos habla sobre la educación en los sectores medios–altos en donde apreciamos que los colegios se tienen que moldear según el tipo de alumnado, aceptando las demandas de los apoderados y concediendo las peticiones que se manifiestan en la población educativa, para entregar “[…] una ‘sensación de libertad’ en la institución”
[1], aunque el colegio es capaz de mantener ciertas reglas o normas que permitan sostener una calidad educativa, puesto que “[…] no hay dudas de que en sus escuelas se los escucha, no por ello cambian las reglas disciplinarias y, mucho menos, los aspectos pedagógicos o curriculares”[2]. Sin embargo, consideramos que en estos establecimientos se genera una cierta identidad con el grupo, lo cual se manifiesta con una homogeneidad de clases sociales, porque se produce una elite educacional, en donde el factor económico es capaz de mover fronteras internas y de crear fronteras externas, como se ve con la selección de alumnos, ya que:

“Esta identificación de clase se cristalizaba en la imagen compartida de vivir en una escuela ‘burbuja’ […]. En primer lugar, burbuja, por la homogeneidad de las clases sociales al interior de las escuelas […] en tanto los posiciona como parte de una elite […]”
[3].

Ahora, lo que más nos llama la atención es que en los establecimientos de clase social alta existe la posibilidad de entregar herramientas que ayuden realmente a formar al alumno, en donde “podemos, entonces, mirar la sala de clases como un espacio de interacción entre personas. […] con el propósito de que las personas involucradas aprendan y aprendan determinadas cosas”
[4] que los ayuden a ser individuos integrados en la sociedad. Aunque existe un grave problema que identifican los profesores, puesto que “[...] los alumnos tienen ‘una conciencia muy clara de que hay que saber, pero no saben para qué hay que saber` […] a lo que los profesores tienen dificultad de responder […]”[5] En otras palabras, existe una conciencia, por parte de los alumnos, de lo que reciben del sistema educativo y son capaces de realizar un cuestionamiento a las bases educaciones que se les entrega, lo cual nos hace ver que las herramientas que reciben los ayudan a pensar más allá de sus aprendizajes esperados, aunque exista una cierta irresponsabilidad por parte de sus padres, que dejan la función formativa completamente al establecimiento.

Luego, cuando se comienza a analizar el estilo de educación que se imparte en las clases sociales más bajas, comienzan a surgir problemas serios en el estilo de enseñar. Esto lo percibimos porque ya no se escuchan tanto las demandas de los alumnos y apoderados, puesto que “[…] los estudiantes sienten que las transformaciones se van gestando sin un cambio institucional […]”
[6]. Sin embargo, se distingue un cambio en los profesores, porque ellos se dan cuenta que la educación que entregan no es la misma que en sus tiempos y que es necesario crear un nuevo enfoque en el estilo de educación, ya que los profesores tienen que desarrollar una serie de temas que no corresponden propiamente al ámbito docente. Esto se aprecia porque los docentes ven que existen otros temas que influyen en la educación y que deben ser considerados para crear a una persona integral, porque se cae en el notable error de que “[…] se ignoran los recursos y la riqueza de las historias de vida de los alumnos”[7], para sólo priorizar en la acumulación de conocimientos.

Es evidente que los cambios que se generan a medida que se pasa de una clase social a otra, tienen consecuencias en la manera en que se educa, ya que “ […] se va perdiendo el interés por el conocimiento”
[8], puesto que los alumnos comienzan a ver que su escuela ya no sirve para educar, sino para escapar de sus problemas, sintiéndose protegidos de sus enfrentamientos personales, lo cual implica que los educadores deben buscar los mecanismos necesarios para cumplir con las nuevas experiencias educativas. En otras palabras, existe un buen número de alumnos que tienen diversos conflictos personales que deben ser trabajados por alguien y en este caso el trabajo se lo debe llevar el mismo docente, ya que “[…] las necesidades de aprendizaje NO son las únicas necesidades que tienen los alumnos de las escuelas. Los alumnos tienen necesidades […], quieren ser escuchados, necesitan ser respetados, necesitan pertenecer a una comunidad […]”[9], aunque desgraciadamente el factor económico puede anular todas las intenciones de entregar una mejor educación, lo cual no se ve en los colegios particulares.

Si estos problemas ya ocurren en una educación de clase social media, en una formación de clase más baja y marginal, los conflictos se agudizan, puesto que la situación económica se convierte en un obstáculo difícil de enfrentar, ya que existe una mayor crisis en la educación, una tremenda angustia al comparar entre los establecimientos, porque se sabe que los profesores no pueden ser capaces de llegar a un mejor nivel educativo y porque el desinterés educacional de los alumnos es mayor, por los diversos problemas sociales que deben enfrentar. Es aquí cuando apreciamos que, en los establecimientos marginales, los profesores se ven obligados en mantener una “[…] retención escolar con menor acento en la calidad; donde la cuestión social está omnipresente […]”
[10], en donde terminamos por interpretar que el optimismo, las normas, el respeto hacia los profesores y la confianza en el alumnado brilla por su ausencia.

A modo de crítica personal, puedo ver que existen diversos factores que no están bien enfocados en nuestra educación. La primera de ellas se puede ver con el ejemplo que nos entrega Pablo Pineau con el escrito de Horacio Ardite llamado la obediencia. Entregándonos un ejemplo claro de una prioridad de la educación, puesto que:

El primer deber del niño es la obediencia. El niño que se acostumbra a ser obediente con quien debe serlo, tiene adelantado mucho para ser bueno y para cumplir con facilidad sus deberes, lo mismo del niño que de hombre. Por el contrario, el que es desobediente es desde luego un niño malo, del cual costará mucho trabajo formar un hombre bueno
[11].

Es aquí cuando divisamos que en la educación existe una importancia por cumplir con normas que nos obligan a desempeñar un rol, convirtiendo a nuestros estudiantes en simples marionetas que deben aprender un conocimiento específico y que tienen que cumplir con normas que los van perseguir por el resto de sus vidas, porque “En la escuela se aprende el oficio de alumno”
[12]. Sin embargo, nos preguntamos si las normas y el conocimiento son la importancia para la educación y la respuesta, según nuestra opinión es completamente contraria.

Ernesto Sábato, en su escrito llamado sobre algunos males de la educación, nos ayuda a responder de mejor manera esta interrogante, puesto que:

No sé si me he convertido en un hombre culto, pero puedo garantizar que ya olvidé en forma casi total lo que me inyectaron a lo largo de mis estudios primarios y secundarios, como paradójico resultado de querer enseñarnos todo

Es aquí cuando descubrimos que existen otros temas que deben ser trabajados en nuestro sistema educativo, como es el hecho de escuchar a los alumnos y de no quedarnos en un simple rol, porque de lo contrario “[…] vamos perdiendo contacto con nuestra autenticidad y con nosotros mismos”
[13]. Por ende, tenemos que ayudar a nuestros pupilos a trabajar su emotividad, afectividad y los problemas personales que pueden experimentar, tanto dentro como fuera del aula de clases. Es evidente que hoy en día las políticas de estado tienen una preocupación por entregar una educación general que les sirva a todos los estudiantes, para que así todos cumplan un rol en la sociedad. No obstante, no consideran otros factores como los que describimos anteriormente, ya que el factor económico no permite la entrega de herramientas que en realidad son básicas para el crecimiento del alumnado.

Desgraciadamente descubrimos que la educación busca la simplicidad y no es capaz de comprender el desafío de la complejidad que es el trabajar según la condición del alumno, porque cada alumno requiere un estilo diferente de educación. Es allí en donde nosotros debemos tener las mejores herramientas y dar nuestro mejor esfuerzo para no quedarnos con los mínimos que nos exige la educación chilena, recibiendo de esta manera el tremendo y valeroso desafío de educar de verdad y no de educar por el simple hecho de cumplir con el rol de profesor. En otras palabras, los profesores ven la necesidad de un cambio, pero no tienen el tiempo de crearlo o de arriesgarse a realizarlo, puesto que deben cumplir con los programas educativos. Es ahí donde nosotros, como futuros educadores, debemos tener conciencia del cambio, enfrentarlo, asumir nuestros miedos y atrevernos a educar de una manera distinta, para que nuestros alumnos logren ser personas integradas que tengan una conciencia de la formación que les podemos brindar en el futuro.

En conclusión, comprendemos que existe la conciencia de que entregamos una enseñanza, pero la gran aventura es el saber un poco sobre las personas que reciben la educación y ese es nuestro desafío como es el hacernos cargo del problema de la educación, integrando al alumno y enfrentando el miedo a la complejidad educativa, lo cual puede ser difícil y utópico, pero sabemos que depende de nosotros el intentar sobrepasar la barrera de nuestros sueños que es el educar desde la verdadera realidad estudiantil.

[1] Kessler, G. La Experiencia Escolar Fragmentada, UNESCO, Buenos Aires, 2002, p.31.
[2] Ibíd., p 32.
[3] Ibíd., p 34.
[4] Casassus, J. La educación del ser emocional, Cuarto propio, Santiago de Chile, 2006, P.248
[5] Kessler, G. La Experiencia Escolar Fragmentada, p.38.
[6] Ibíd., p 43.
[7] Baeza, J. Leer desde los alumnos, condición necesaria para una convivencia escolar democrática.
En UNESCO (Comp.), Educación Secundaria: Un camino para el desarrollo humano.
Santiago de Chile: UNESCO/OREALC, 2002, p. 188.
[8] Kessler, G. La Experiencia Escolar Fragmentada, p.47.
[9] Casassus, J. La educación del ser emocional, p.243.
[10] Kessler, G. La Experiencia Escolar Fragmentada, p.62.
[11] Pineau, P. (Comp.), Relatos de Escuela, Paidos, Buenos Aires, 2005, p.31.
[12] Baeza, J. Leer desde los alumnos, condición necesaria para una convivencia escolar democrática. , p. 8.
[13] Casassus, J. La educación del ser emocional, p.243.

martes, 5 de mayo de 2009

videos... varios

Sobre el nuevo metro de Santiago

Ha llegado desde emol.com un vieo interactivo que nos habla un poco más sobre los nuevos vagones que vamos a tener en la nueva linea del metro. Disfrútenlo.